El mercado inmobiliario de Barcelona continúa mostrando una fuerte actividad, impulsado por una demanda constante y una oferta cada vez más limitada. Según datos de Tinsa by Accumi, el precio por metro cuadrado alcanzó los 3.998 euros en el primer trimestre de 2025, lo que representa un incremento del 8% interanual y un 1,4% respecto al trimestre anterior. Esta cifra se acerca a los niveles previos a la crisis de 2008, aunque aún se sitúa un 7,8% por debajo del máximo histórico.

Expertos como José García Montalvo (UPF) advierten de una posible ralentización de la demanda, ya que los precios actuales superan las capacidades reales de compra, incluso en un contexto de tipos de interés más bajos. Gonzalo Bernardos (UB) define el mercado como “absolutamente loco”, con compradores dispuestos a pagar los precios solicitados.

Actualmente, el 90% de las operaciones las protagonizan particulares, mayoritariamente jóvenes, frente al retroceso de los fondos de inversión. Sin embargo, la falta de seguridad jurídica, la escasez de suelo y los nuevos impuestos como el aumento del ITP, amenazan con agravar aún más el desequilibrio entre oferta y demanda.

Los distritos de Sant Martí, Eixample y Sant Andreu lideran las subidas de precios, mientras que Sarrià-Sant Gervasi consolida su posición como zona de lujo. La presión también se traslada al área metropolitana, con subidas destacadas en Viladecans, Santa Coloma y L’Hospitalet. A nivel autonómico, Lleida encabeza el aumento de precios, seguida de Tarragona y Girona.

La persistente escasez de obra nueva y el aumento de la presión fiscal dificultan la moderación de los precios, configurando un escenario de alta tensión en el mercado residencial barcelonés.

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