Poco a poco se van relajando las medidas de confinamiento impuestas por el gobierno para luchar contra la Covid-19. Aun así, no volveremos a la realidad que teníamos antes del confinamiento y deberemos adaptarnos a una nueva normalidad.
A pesar de que el gobierno sigue recomendando anteponer el teletrabajo siempre que sea posible, empresas y oficinas se preparan para adaptar sus espacios de trabajo a esta nueva normalidad.
En el caso de los coworkings, la densidad va a ser la clave para el retorno de los inquilinos a estas oficinas. Para ello están buscando las mejores opciones para dar esa distancia social y física que se impone en la nueva realidad.
Ante la imposibilidad de realizar por el momento eventos o reuniones multitudinarios, los centros de trabajo flexible que disponen de espacios para ellos se han reorganizado para ampliar los puntos de trabajo y aumentar la distancia entre ellos. Los que no disponen de estos espacios para ampliar los metros destinados a puestos de trabajo se han decantado por la instalación de mamparas para permitir la distancia y la seguridad de los trabajadores.
Los espacios comunes y de tránsito también modifican su morfología, apostando por el uso de vinilos y cartelerías para crear pasillos de un único sentido o delimitar los espacios para que se puedan mantener los metros necesarios entre usuarios.
Una limpieza más intensa de los centros y el uso de mascarillas o geles hidroalcohólicos estarán también al alcance de los usuarios y visitantes para que se puedan mantener las medidas de higiene necesarias.
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Más metros, menos personas: el ‘coworking’ disminuye la densidad para la vuelta a la oficina
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