Una vez superada la crisis sanitaria y empezada ya la fase de desconfinamiento, muchas empresas empiezan a estudiar como deberán ser sus espacios de trabajo para la nueva normalidad que se impone.

El distanciamiento social marcará la distribución de los espacios de trabajo como de los espacios comunes en los centros de trabajo. Por ello y para reducir al mínimo el contacto entre personas en las oficinas se deberá rediseñar la distribución actual para otorgar más metros cuadrados a cada trabajador en mesas individuales y ampliar la cifra que venía siendo habitual en los últimos tiempos y que designaba 5 metros cuadrados para cada trabajador.

Las zonas comunes también precisaran una revisión facilitando que los trabajadores puedan moverse por ellos sin necesidad de tocar nada, automatizando los diferentes elementos, el uso de la voz para encender los mecanismos y limitando y ordenando las entradas y salidas.

Por último, los servicios de limpieza y desinfección serán claves para que el retorno a los centros de trabajo y oficinas sean lo más seguras posibles para los trabajadores. Algunos edificios estudian la incorporación de tecnología para instalar elementos de auto-desinfección como el dióxido de titanio o el uso de luz ultravioleta.

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