Los tiempos que maneja el mercado presionan a las empresas a buscar la mejor solución para satisfacer a los consumidores. Para ello es necesario estar lo más cerca posible y entregar los pedidos en dos horas. Llámense párkings, locales comerciales o gasolineras, la última milla está de moda. Entre debates sobre sostenibilidad y denuncias por contaminación, las grandes ciudades se preguntan si pueden asumir las implicaciones del comercio electrónico.

El responsable del departamento de industrial y logística de Cushman&Wakefield, Guillermo García-Almuzara asegura, “No puede haber una nave de última milla en el centro de las grandes ciudades”. Ubicar un centro logístico en medio de complejos residenciales es inviable de cara a la convivencia con los vecinos, que sufren en primera persona la entrada y salida de los camiones, mantiene el ejecutivo.

Según Pere Morcillo, director del área industrial y logística de JLL, separa las naves de última milla en tres categorías. La primera, las naves próximas a las grandes ciudades. La segunda, los activos cercanos al núcleo urbano; en el caso de Madrid, los inmuebles situados dentro de la M-30. La tercera y última corresponde a los espacios situados en el centro urbano.

Las terceras son las que plantean más problemas debido en principio a la falta de espacios habilitados para este uso. Por este motivo, las grandes empresas están buscando alternativas. Merlin Properties usará el párking de la Torre Glòries como centro logístico de última milla desde donde realizar las entregas. “El uso de los aparcamientos es una tendencia que iremos viendo clarísimamente”, asegura Morcillo.

Las gasolineras se plantean como puntos de recogida. Mientras que otra de las alternativas es la reconversión de locales comerciales de segunda línea en naves de última milla, desde donde entregar el producto del ecommerce. “Un local comercial no está preparado para un uso de este tipo”, sugiere García-Almuzara.

“La tendencia será construir naves cerca de las ciudades con el mayor número posible de metros cuadrados desde donde repartir los pedidos”, manifiesta Gerard Plana, director del departamento industrial de Forcadell.

“Estamos asistiendo a una revolución de esta tipología de activos, con una fuerte inversión en tecnología y una apuesta por la calidad de las naves”, asegura Alejandro Vega-Penichet, director de industrial y logístico de Knight Frank.

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Las naves de última milla ‘piden vez’ en las grandes ciudades entre debates sobre su viabilidad

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